Pedro Walgode, un campeón mundial que se enamoró de Ibagué
El Coliseo Mayor de Ibagué se iluminó con los aplausos y la ovación del público mientras Pedro Walgode, el destacado patinador portugués, daba fin a su última actuación en el escenario que marcó el cierre de más de 15 años de una brillante carrera.
Tras ganar la medalla de oro en la categoría sénior de
solo dance, Pedro puso fin a su legado deportivo en la capital tolimense, donde
encontró más que un título orbital: Encontró amor y admiración por una ciudad
que se convertirá en parte de su historia.
Con una sonrisa que irradiaba satisfacción y un trofeo
dorado en la mano, Pedro Walgode se coronó campeón mundial de solo dance en la
categoría sénior, un logro que completó su gloriosa carrera.
Con casi una década de participación en los campeonatos mundiales de patinaje artístico a sus espaldas, Pedro había dejado su huella en la historia de este deporte. A lo largo de los años, subió al podio en varias ocasiones, incluso ganando la medalla de oro en parejas, pero el título individual siempre se le había escapado. Hasta este año.
"Yo estuve en Cali en 2015, pero aquí me encanta más
porque es más tranquilo, las personas son más amables. Me ha encantado Ibagué y
el Parque Deportivo, es muy bueno para una competición. El Coliseo es
fantástico, la música es increíble, los espacios. Entonces, para mí está súper,
perfecto", dijo Walgode, demostrando su aprecio por la ciudad que lo
recibió con los brazos abiertos.
El lugar donde el patinador luso realizó su última
actuación también mereció su elogio: "La pista estaba muy buena. Yo
pensaba que sería un problema con toda la luz y el viento, pero estaba súper
tranquilo, el piso en buenas condiciones y me ha fascinado patinar aquí. Había
mucha gente, mirando, y se siente el calor humano, me llevo una sensación única
y mágica".
Cada movimiento, cada giro y cada salto eran un tributo a su dedicación y talento innato. Las notas musicales fluían en perfecta armonía con su cuerpo, creando una sinfonía de emociones que dejó sin aliento a los espectadores. Ahora, en su último campeonato, había llegado el momento de despedirse por todo lo alto.
Con palabras sinceras y cargadas de emoción, manifestó su
amor por la ciudad y su gratitud hacia los ibaguereños: "Es el último
baile porque mi última participación en un mundial en solo dance. El año pasado
fue mi último mundial de parejas, habíamos conquistado el oro y mira no podría
ser mejor porque termino con el oro. Ibagué se va a quedar en mi corazón,
gracias".
Pedro Walgode no solo se lleva consigo un título mundial en su última actuación, sino también el cariño y el agradecimiento de una ciudad que le abrió sus puertas y le brindó un escenario inolvidable para culminar su exitosa carrera en el patinaje artístico.
Su historia será recordada no solo por su destreza sobre
ruedas, sino también por el amor que encontró en Ibagué, una ciudad que ahora
forma parte de su corazón y su legado en el mundo del deporte.
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